Además del uso de riego, semillas mejoradas y maquinaria, la producción moderna de alimentos agrícolas ha estado ligada al uso de dos insumos: los fertilizantes y los plaguicidas, lo cual ha favorecido el incremento de las cosechas, pero también ha tenido efectos perniciosos en el ambiente. No obstante, el uso de fertilizantes en los campos de cultivo se remonta a miles de años atrás, cuando los agricultores descubrieron que al agregar estiércol o residuos vegetales a suelos desgatados, aumentaba la producción. A mediados del siglo xlx comenzó en Europa la industria de los fertilizantes (fig.5.13). Los conflictos de Alemania para acceder al guano, pues los Aliados blanquearon el suministro durante la primera Guerra Mundial, aceleraron la invención de los fertilizantes sintéticos, con lo cual la industria química alemana se volvió muy importante.

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